jueves, 13 de marzo de 2014

Diario de una hazaña 19…

Última etapa: Alcobendas – Universidad Complutense – Aravaca – Madrid: Salimos de Alcobendas con un impresionante despliegue policial compuesto por policía local, guardia civil y policía nacional, además de un furgón de antidisturbios. Parece ser que todos querían salir en la foto con los mineros. Toda la ruta de hoy ha sido por calles, no hemos pisado por fin carretera. Al entrar en la ciudad de Madrid numerosos vehículos nos apoyaban con gritos y haciendo sonar el claxon, la gente se iba agolpando en las aceras para hacernos ver que estaban con nosotros, se han atravesado grandes avenidas de Madrid. Tras atravesar Madrid nos dirigimos hacia la Universidad Complutense donde quedamos alojados, aquí nos aseamos y recibimos las curas por parte del cuerpo médico de la universidad. Hoy además de estar sitiados por la policía, hemos sido asediados por la prensa, numerosas cámaras nos han acompañado durante nuestro recorrido. Después de comer hemos ido a encontrarnos con los compañeros de la marcha norte que se encontraban en Aravaca. Mucha gente en la llegada nos aguardaba, los mineros de la marcha norte nos hacen pasillo al llegar y nosotros les correspondemos con otro pasillo de aplausos. Finalmente partimos en dirección a la ciudad universitaria. Esta vez la columna es larguísima, compuesta por mineros y todo tipo de personas que nos han querido acompañar. El claxon de los vehículos en la entrada a Madrid no para de sonar. Al pasar por delante del palacio de la Moncloa los gritos de protesta se han intensificado, no nos hemos parado allí aunque lo hubiéramos hecho de buen grado. Un fuerte cordón de antidisturbios protegía la entrada de la residencia del señor presidente. Les comentábamos a los policías a nuestro paso que estaban defendiendo a los que les quitaban el dinero de sus salarios y que se unieran con nosotros a la marcha, algunos con sus gestos faciales estoy convencido que lo hubieran hecho. Al llegar a ciudad universitaria hemos comido algo, descansado poco y escuchado las arengas que nos transmitían. Ya hemos observado que tenemos a los trabajadores madrileños de nuestro lado. Por fin se da el aviso de salida hacia Sol sobre las 22:00 para iniciar la marcha nocturna. En cuanto salimos de las rejas de la universidad vemos que algo no va bien. No podemos avanzar, una multitud de periodistas nos impiden seguir, los flashes son continuos y también vemos que hay muchísima población agolpada allí aplaudiendo y vitoreando. Al final el cuerpo de Bomberos de Madrid nos ha abierto el paso. Esto es demasiado para nosotros, no hemos hecho más de 200 metros en 20 minutos. Al ver a lo lejos el intercambiador de Moncloa lleno a rebosar de gente provoca que en algunos mineros las lagrimas les afloren, es muy emocionante, es una sensación tan especial que es difícil explicarlo con palabras. Más tarde vemos que en la Gran Vía no cabe un alfiler, madre mía cuantos miles de madrileños están en la calle apoyando. Han desbordado todas nuestras expectativas. La comitiva avanza poco a poco, es imposible correr, nos da igual, si pudiéramos nos abrazaríamos con cada una de las personas que están allí. Al llegar a la Puerta del Sol también muchísima gente. Tras la lectura por parte de los miembros sindicales de un comunicado y entonando el himno minero empezamos a abandonar la plaza, son más de las 02:00 de la mañana. Una ruta de pocos kilómetros nos ha costado 4 horas pero ha sido brutal el cariño que hemos recibido de la población. Ahora volveremos a la ciudad universitaria a descansar que al día siguiente tenemos manifestación.
“Apoteósico, brillante, espectacular, inmenso, emocionante, exagerado, desbordante son algunas de las palabras con las que podría describir lo que he vivido en el día de hoy en la capital de España. Verdaderamente estamos representado la lucha y la protesta de todo un país, esto no lo tengo que olvidar para cuando gente de otros sectores nos necesite. He visto personas de toda España hoy en Madrid apoyando nuestra lucha, personas de Tenerife, Sabadell, Sagunto, Baleares, Cataluña, Extremadura además de personas de nuestras comunidades mineras como Aragón, Castilla y León y Asturias. Gentes de todas las edades acompañando la marcha, no sé si esta noche podré conciliar el sueño ya que no me puedo sacar de la cabeza lo acontecido. Tampoco sé si toda esta movilización servirá para algo, lo que si entiendo es que hemos despertado las conciencias de todo un país y eso quizás sea lo más importante que se puede conseguir. Pueblo de Madrid: jamás os olvidaré.”

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