martes, 17 de julio de 2012

Mi sobrina Luci…


Luci aterrizó por nuestras vidas hace unas semanas. La encontraron en un coche donde estaba refugiada junto a su hermanita Princesa, a la espera de ser encontradas por sus mamás adoptivas. La primera vez que la vi…tan pequeña, tan negra me pareció algo entre un trozo de carbón y un pompón. Algo negro que se movía y emitía un apenas perceptible ruidito. Luci ha llegado en buen momento…en su casa están esperando encontrar un nuevo inquilino canino y mientras llega, ella le hace compañía a la vieja gata Betty que se quedó muy solita cuando Oli se fue al cielo de los perros hace unos meses (a Olivia la podéis ver en la entrada del 07.11.11). Aunque, bueno, no sé si a Betty le hace tanta gracia tener un espingorcio dando saltos por ahí…je, je. Luci me quiere, creo que ya me ha adoptado como tía. Lo sé porque cuando voy a su casa se alicata a mi tobillo con toda confianza. Cuando la despego de ahí y la cobijo en mis manos me mira con ternura y me ronronea con cariño. Cuando ya me ha saludado sale corriendo para tomar posición y lanzarse toda escorada y erizada sobre mi…o cazarme si me muevo…y morderme como si nos conociéramos de toda la vida, je, je. Y como aún es muy pequeñina, después de un ataque de actividad,  en seguida se cansa y se recoge en su mantita. Verla tan pequeñita, enroscándose en sí misma como un rosquito churruscao, con carita de sueño me produce una inmensa ternura y no deja de sorprenderme la cantidad de vida que puede contener un ser tan diminuto. Bienvenida a la familia Luci…tía Didi te quiere.
 

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