lunes, 21 de noviembre de 2016

Erase una vez Parte III…

Vease...Erase una vez Parte I… http://adadealkar-didi.blogspot.com.es/2016/07/erase-una-vez.html, también

Érase una vez Parte III…Finalmente no se planteó ni se llevó acabo el despido inmediato del susodicho protagonista de estas entradas a mi blog. No habiendo más que un testigo…aunque el indiscreto tiempo ha demostrado que ha habido muchos más ojos que han visto, y bocas que cobardes callan…pues nada, se decidió darle otra oportunidad y obligarle a trabajar sí o sí.  Aunque con muchas reticencias al principio, y muy malos modos, el susodicho no tuvo más remedio que doblar el lomo y currar. Así pues se ha ganado el pan al menos medio contrato. Ay! Pero se acercaba el final y el conato de oasis se vino abajo de golpe. Y el prota se superó a sí mismo, se creció de repente. Cuando parecía que habíamos hecho carrera de este personaje, cuando parecía que había tomado interés en el trabajo…había mejorado sus modales!...Oh cielos! La cabra vuelve al monte tarde o temprano…Y el susodicho de repente decidió que la última semana y ya no hacía falta cumplir el horario, pudiendo dormir un ratito más (“eg que el bus ha pasao antes de tiempo y mequedao tirao”). Decidió que el penúltimo día podía quedarse en cama calentito con una buena tajada aduciendo sin fundamento ni argumento “un cuadro gastroenterítico propio de urgencias”…a las que nunca fue. Y ya para rematar la faena magistralmente, el último día del plan de empleo apareció con una resaca, “del Copón” diría algún amigo muy recio. Y aprovechó para retomar sus malos modales, su insolencia y su energumenidad. En fín, a este sucedáneo de Jim Morrison no se le puede desear nada malo porque ya lo tiene todo. A quien si le deseo suerte, paciencia y buena cabeza es a todos aquellos que se crucen en su camino porque van a necesitar todas esas herramientas. Y van a tener que desplegar su humanidad y toda su bonhomía para contener los malos instintos que provocan seres del inframundo como este pedugo…Gracias al responsable del departamento por su amabilidad y confianza. Gracias por leer hasta aquí a tod@s…”Tengan cuidado ahí fuera”…como decía el capitán de la Comisaría de Hill Street.

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