sábado, 9 de junio de 2018

Disculpen Señores de especie porcina…o…Cómo los cerdos campan por un hospital.


La palabra “cerdo” se nos escapa por la boca con cierta facilidad para denominar a energúmenos de nuestra especie…“superior, desarrollada e inteligente”…Cerdo: Hombre sucio, grosero, sin modales. Todas estas definiciones a mí se me antojan  cortas y blandas para poder calificar a seres de una subespecie dentro de nuestra gloriosa especie, que desconoce aspectos tan maravillosos como Respeto, Empatía, Urbanidad, Amabilidad, Solidaridad, Compasión…Parecieran seres de inframundos muy infra, pero resulta que comparten nuestra biología aunque parece mentira. Los humanos conformamos un amplio crisol tanto para lo bueno incluso lo mejor, como para lo malo e incluso lo peor. No como otras especies de nuestro planeta, como los cerdos o puercos, que hacen su vida sin meterse con nadie, y hasta ensuciamos su nombre para hablar de algunos de los nuestros…
Mi actual ocupación laboral me ha llevado a formar parte de una oficina de atención al paciente en un reputado hospital público madrileño. Un hospital público…lugar para cuidar, curar, sanar, acompañar. Lugar de orden, limpieza, salubridad, higiene…donde cada día nos dejamos la piel por dar un servicio de calidad a la ciudadanía, pues el hospital lo mantenemos entre todos con nuestros impuestos. Pero resulta que hay seres que carecen del gen de la EDUCACIÓN y del sentido del DECORO. Carecen tanto que hace unos días nos dejaron un “regalito” en el mostrador de atención al paciente, para comenzar la jornada pensando que a veces somos lo peor dentro de un ámbito donde pretendemos aportar lo mejor. En fin, sean Felices con una F más grande que el Universo…Abrazos de Luz…

A.D.A. 2018

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