De las gotas he de decir que me gustan
todas y de todos los colores, siempre que no sean de sangre porque me duelen
sea cual sea su procedencia. Pero mis favoritas son las gotas de agua y por
asimilación las gotas de lágrima (unas de alegría y emoción, otras de pena y
tristeza, todas bellísimas y bálsamo para el espíritu…lo digo con conocimiento
de causa). Gotas y Lágrimas, lágrimas o gotas. Ambas dos me parecen perfectas
en su delicadeza. Y perfección son en su manera de caer cual livianos y
límpidos meteoritos dejando estelas fugaces sobre tu piel, sobre el aire, sobre
todas las superficies. Algunas estallan en gotitas al aterrizar, perfectas en
su dispersión. Otras descomponen sus curvilíneos perímetros transformándose en
goterones. Las más habilidosas poseen la virtud de posarse engalanando telas de
arañas, plantas, o la piel de tus manos y rodillas si te lloras encima. Siento
fascinación por mirarme y mirar dentro de ellas. Son claras, transparentes, a
la vez que adoptan los colores de lo que les rodea o incluso se atreven a
reflejar aquello que las contempla. Las gotas dicen mucho en su silencio y
también en sus murmullos, y si las observas con detenimiento quizás te susurren
al oído acerca de tus sueños. Soñad que igual algo acabará haciéndose realidad.
Os quiere Didi.
Yo también creo que las gotas son preciosas, en concreto me fascinan las gotas de rocío sobre las plantas...
ResponderEliminarUn saludo Didi
Cierto, las del rocío son auténticas perlas cristalinas...Magia de Madre Natura.
EliminarUn Abrazo de Luz.
Gracias por visitarme.