Caracolas: Las caracolas me encantan desde que me recuerdo a mí misma. Ya en la infancia recuerdo la ilusión que me hacía encontrar una caracola bonita en la playa, aunque todas me parecen preciosas. Colecciono caracolas que guardo con mimo porque me agrada sentirlas cerca. Me gusta saber que son el hogar y refugio de muchos seres marinos. Cuando quedan vacías y varadas en tierra te soplan al oído y te recuerdan el sonido embriagador el mar, incluso cuando están lejos en tierra adentro, te deleitan con sonidos de olas lejanas. Me gusta pintar caracolas porque me traen ecos y olores de mares que echo mucho de menos...y me gusta pintarlas sobre fondos de piedras nobles porque éstas también me cuentan historias, pero de cantera.
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