Copiar de grandes maestros es un lujo. Por un lado inquieta no tener suficiente talento para acercarse a esa perfección, y no aportar la suficiente calidad a tu copia. Por otro lado es muy emocionante sumergirte en la observación escrupulosa de la técnica, el material, el pigmento, la pincelada, la luz. Hay grandes copistas capaces de realizar obras impresionantes, copiar es una labor de aprendizaje inmejorable. En mi caso, copiar me resulta muy trabajoso por el nivel de los maestros y además, no puedo evitar cambiar detalles para que la copia sea mi copia (con todos mis respetos).
Copia versada en “Nuestra Señora del Perpetuo Socorro” obra anónima. Tabla de madera, dorado al agua con “oro falso” y témperas.
Copia versada en “Libro de las medicinas sencillas” del Maestro Mateo Platario. Témpera sobre “falso pergamino” (papel imitación).
No hay comentarios:
Publicar un comentario