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Voy a permitirme desahogar una intensa indignación que últimamente no puedo evitar. Soy ávida lectora y usuaria impenitente de todo lo que huela a biblioteca pública. Cada vez que abro un libro me preparo para volar a otros mundos y vivir una nueva historia. Pero….se me hincha la vena cuando me encuentro manchas de comida, arrugas, dobleces o…el texto ¡SUBRAYADO! Y me pregunto (con la peor mala baba que me invade en esos momentos) qué clase de energúmenos-@s, gilipollos-@s, soplagaitas, descerebrados-@s, analfabetos-@s congénitos, etc. son capaces de semejantes actos aberrantes. Pero esto ¿qué es?...¿chorizolandia, energumenolandia, gili…landia? Los libros y todos los materiales que contienen las bibliotecas son patrimonio de todos, responsabilidad de todos porque TODOS los pagamos de nuestros bolsillos, porque las cosas de todos se han de RESPETAR, porque la cultura es PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD y tenemos la obligación de SER EDUCADOS CUANDO SE COMPARTE. Sé que la indignación es una energía negativa y de baja calidad que debo aprender a trascender y transformar en algo positivo para contribuir precisamente al Respeto, Educación, Patrimonio, Valoración de la Cultura, etc. Pero acabo de abrir el enésimo libro “comido de rayas” que me impide disfrutar de la lectura, y siendo restauradora no puedo evitar coger una “goma blanda” y devolver (en lo posible y si la raya es de lápiz) el libro a su aspecto natural. Disculpad que no pida disculpas por los calificativos que pongo a algunos infraciudadanos, pero son las palabras exactas que los califican. Estoy segura de que todos-@s compartimos la misma opinión. Gracias por vuestra comprensión.
AAAAAGGGGGGGGG!
Saludos,
ResponderEliminarla verdad no comparto. A mí me emociona y me reta el hecho de encontrar una página o varias decenas de estas salpicadas de alguna bebida, manchadas o, aunque debo confesar que en exceso me indispone, subrayadas con plumón o lapicera. Mas sé que mi inclinación a las paginas pisadas no es algo del todo defendible, si lo que busco es vencer. Personalmente no marco las hojas de los libros, dejo eso a otro apurado e (no voy a usar tus entendibles calificativos) inconsciente lector. Además no pienso a los libros como objetos eternos, sé que otros después de mi querrán leer lo que bastante disfruté y en ocasiones hasta nos evoca recuerdos. Por esto, amiga Didi, no comparto pero de soslayo adhiero.
Esta entrada es lo único que -hasta ahora- miré de tu blog, pero un paseo por acá daré. Besos, Antonio.
Gracias por tu opinión, bienvenida siempre por estos lugares.
ResponderEliminarAbrazos de Luz