“Hacer el Indio” suele sonar a guasa, a gente desahogada e
irresponsable. Nada más lejos de la realidad. El sábado pasado asistí a un
taller de sonido chamánico y pude hacer la India con alegría y regocijo; y de
paso experimentar una dimensión de consciencia nueva para mí. Sentí mi faceta
tribal, ancestral, salvaje, silvestre y libre. Sentí la esencia de la vida
básicamente…y fue algo fantástico. Con la danza rítmica me sintonicé a Madre
Tierra. Con el sonido de las sonajas sentí la Lluvia sobre mí. Con el susurro
de las flautas me abrazó el Bosque. Con el canto de nuestras voces exhalé y
regeneré Vida. Con el retumbar de los tambores me sintonicé a la vibración del
Universo…Y lo que me llevo de esta experiencia es sentir emociones puras que me
unen a mi esencia, que es la esencia del Todo.
He de agradecer este taller a la generosidad de Utari, el Lagar
de Romanones y todos los que acudimos a compartir la magia del chamanismo.
Juanito |
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