En un pueblo de Castilla La Mancha,
donde habitan los “seteros”, vive un grupo de “monstruos” con muchos recursos
personales, y un corazón gordote, que son capaces de hacer realidad eventos
peculiares. Eventos increíbles que generan actividades muy divertidas y muy
participativas. Recuerdo con cierta nostalgia cómo el año pasado por estas
fechas organizaron un espacio terrorífico en los vestuarios de la piscina
municipal. Como en otras ocasiones me convencieron para colaborar, aunque no
soy muy forofa ni de Halloween, ni de terrores, ni de disfrazarme. Lo cierto es
que enredé también a una amiga, que terminó actuando con nosotros…La primera hora
pasé bastante miedo en mi salita de lavabos, junto a un Freddy Krueger de
plástico, al que le pedí por favor que no se moviera bajo ninguna
circunstancia. Pasados los primeros momentos de estupor, oscuridad, densa
niebla y desorientación…Y a la vista de las carreras y los alaridos de los
incautos que pasaban por “mis dominios” pues me conecté a mi personaje. A
partir de ahí me dediqué a asustar todo lo que pude y a divertirme asustando a
los visitantes, y a asustarme en algunos encuentros inesperados con mis propios
compañeros de actuación. Fue fantástico y una experiencia compartida muy interesante.
Lástima que éste año el horror sea de otra índole. Cuídense ahí fuera, pero no
dejen nunca de divertirse…
Todo irá bien Sí o Sí.
Abrazos de Luz terrorífica…
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