La palabra “cerdo” se nos escapa por la boca con cierta facilidad para
denominar a energúmenos de nuestra especie…“superior, desarrollada e
inteligente”…Cerdo: Hombre sucio, grosero, sin modales. Todas estas
definiciones a mí se me antojan cortas y
blandas para poder calificar a seres de una subespecie dentro de nuestra
gloriosa especie, que desconoce aspectos tan maravillosos como Respeto,
Empatía, Urbanidad, Amabilidad, Solidaridad, Compasión…Parecieran seres de
inframundos muy infra, pero resulta que comparten nuestra biología aunque
parece mentira. Los humanos conformamos un amplio crisol tanto para lo bueno
incluso lo mejor, como para lo malo e incluso lo peor. No como otras especies
de nuestro planeta, como los cerdos o puercos, que hacen su vida sin meterse
con nadie, y hasta ensuciamos su nombre para hablar de algunos de los nuestros…
Mi actual ocupación laboral me ha llevado a formar parte de una oficina de
atención al paciente en un reputado hospital público madrileño. Un hospital
público…lugar para cuidar, curar, sanar, acompañar. Lugar de orden, limpieza,
salubridad, higiene…donde cada día nos dejamos la piel por dar un servicio de
calidad a la ciudadanía, pues el hospital lo mantenemos entre todos con
nuestros impuestos. Pero resulta que hay seres que carecen del gen de la
EDUCACIÓN y del sentido del DECORO. Carecen tanto que hace unos días nos
dejaron un “regalito” en el mostrador de atención al paciente, para comenzar la
jornada pensando que a veces somos lo peor dentro de un ámbito donde
pretendemos aportar lo mejor. En fin, sean Felices con una F más grande que el
Universo…Abrazos de Luz…
A.D.A. 2018
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario