Hace unos días me reencontré con compañeras de un hospital público
donde tuve el honor de trabajar hace tiempo. Digo el honor porque, a pesar de
todo, tuve la oportunidad de comprobar la maravillosa labor y empeño que pone
la gente por sacar el trabajo con la mayor eficacia y dignidad posibles. Y
aunque en todos lados se cuecen habas…En lo público se trabaja, doy fe por lo
que he visto y por lo que yo misma tuve que currar. Te dejas la piel por dar un
servicio a la ciudadanía de calidad, con todas sus carencias, defectos,
retrasos, etc. Pero ahí se curra…el hospital es de todos, lo alimentamos entre
todos. Pues comentando con estas compañeras salió el tema de las pensiones y
quedéme muerta cuando me confesaron su preocupación por el mal fario que
presenta el futuro de las pensiones…siendo personal fijo de un organismo
público y con muchos años ya cotizados a las arcas estatales. Palabras
textuales…se está privatizando todo poco a poco para convertir lo Público en
minimonopolios privados, donde lucrarse a gusto toda la corte de paniaguados
parásitos del mundo empresarial. Si esto sigue así, ni siquiera el personal
fijo o funcionario tiene asegurada la jubilación digna. Los pelos como
escarpias de pensar en las legiones de autónomos, eventuales, fijos
discontinuos, temporales por semanas, días, horas. Se me viene a la mente una horda de
desarrapados (en la cual empiezo a incluirme) haciendo cola en la iglesia de
Mensajeros de la Paz.
Ahora mismo ver a los Mayores salir a la calle a defender
lo suyo, lo mío y lo tuyo es lo único que me da un poco de fuelle y esperanza.
Así pues, como mínimo espero poder salir con ellos y buscar mi hueco a su lado,
como antes lo hice en otros colectivos sociales, que a la postre siguen siendo
uno…el que componemos tod@s...No les dejemos solos.
Gracias Yayos…
Y gracias a
la P.A.H. porque siguen en pie dando apoyo a las familias sin descanso.
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