Se llama Eva y es
reincidente por aquí. Anda ya por casi 300 visitas que se han interesado en
escuchar la voz de esta mujer asturiana de las cuencas mineras…
Eva y su gente se
enfrentan a un futuro más que incierto, pero además, Eva se encara todos los
días a un presente áspero que se le atraganta constantemente. Pero ella, aunque
se caiga a ratos, se levanta como un torrente y lo impregna todo de energía. Se
deja las penas en el perchero, agarra su pancarta y su megáfono y vuelve a
pelear. Para ti este poema Eva…¡Muchas Gracias!
Miguel Hernández, “El Rayo que no
cesa”
Pág. 47, Poema 10.
Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas…
Como el mar de la playa a las arenas,
voy en este naufragio de vaivenes,
por una noche oscura de sartenes redondas,
pobres, tristes y morenas…
Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no tu voz, el norte que pretendo…
Eludiendo por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena SONRIENDO…
Otro sollozo contenido en la garganta y otra vez que
cierro la puerta del baño y me dedico a llorar en 5 minutos lo que llevo
aguantando semanas. Otro paso desandado……hoy por primera vez tuvimos que tomar
la decisión de atarlo al sofá, y aguantar su mirada que es en sí una pregunta; antes
ya tomamos la de poner pañal y antes la de cerrar la puerta y esconder la llave
y así en una carrera marcha atrás que nos llevara a una meta que nunca quisiéramos atravesar. Mi padre tiene Alzheimer con Parkinson asociado, ¡qué
pena! pensaran algunos, tiene que ser duro dirán otros…y yo digo que nadie que
no lo viva día a día sabe hasta qué punto una enfermedad abate a una familia. Mi
madre murió hace poco más de un año después de luchar contra un cáncer, fue muy
duro porque los últimos meses se fue
rompiendo toda la fe y la esperanza, pero
no miento si digo que esto está en un plano superior en cuanto al dolor
que causa, a quien rodea al enfermo de Alzheimer. Cada día es una guerra en la
que todos resultamos heridos, al principio respiras hondo e intentas
comprenderlo, sabes que no es él, que no quiere hacer lo que hace pero llega un
momento en que ya no puedes o no quieres comprender nada, simplemente quieres
que esto se acabe; al minuto te das cuenta de lo que has pensado y ahí llega la
culpa, que encima te persigue en los pequeños descansos entre una locura y la siguiente. Quieres no gritar,
no reñir, tranquilizarte….a la vez que no posas la fregona, pero ya es la décima
vez que quita el pañal y te la arma encima de la mesa de la cocina, encima del
sofá, en la cama de la cría…….y ya sientes que no puedes más, que no es tu
padre que es el enemigo, que él no tiene la culpa pero tu tampoco. Y llega la noche y lo acuestas después de la superdosis
de pastillas para poder dormir unas horas seguidas, descubres que no tienes
sueño y que no puedes dormir porque tu conciencia te hace un repaso exhaustivo de cada reproche
que le has hecho, de ese grito que le diste, de esas veces que pasaste de
contestarle por decimonovena vez a la misma pregunta, y cierras los ojos y ves
los suyos clavados en ti,…..y sabes que
lo primero que harás a la mañana siguiente es
volver a respirar y contar hasta 10 porque ya sabes lo que te vas a
encontrar, empezarás el día como todos….o quizás peor. Tus hijos y tu marido te dicen que estas insoportable, que
no hay quien hable contigo que últimamente
no eres tú, que tienes que intentar serenarte por el bien de todos….como
si tú pensaras en otra cosa que no fuera el bien de todos, y así sigues tragando saliva, gritándote a veces
para fuera y a veces para dentro, y en el fondo deseando que no vaya a más y se
quede como está, que te conformas, que no vas a protestar por no tener un solo
día de descanso pero que se quede
contigo porque debajo de esa sinrazón esta mi padre…
Y
aún fue capaz de preguntarme si me parecía apropiado este video. Pues claro que
sí guapa, porque tú lo vales. Por cierto desde aquí y para Eva, su madre, mamá,
Abu, Isabel y Maite (mis madres adoptivas de Zaragoza y Múnich) y todas LAS
MADRES del mundo mundial… ¡FELICIDADES!
Cuando el alzheimer entra por la ventana, la vida se va por la puerta grande...dejando solamente recuerdos a quein han estado del lado del protagonista...
Un abrazo de buenas tardes preciosa y gracias por estar!!
Atte.
María Del Carmen
Hoola ¡Felicidades de nuevo! Gracias por tus palabras, siempre agradables...Abrazos de Luz.
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